miércoles, 17 de agosto de 2011

El Helguero




El Helguero es un camping situado en Ruiloba, concretamente en el camino que va hacia el barrio de La Iglesia desde la carretera que une Santillana con Comillas. Es un lugar muy tranquilo, de ambiente familiar y con mucha sombra, ofrecida por numerosos árboles de gran tamaño, creando una transición con el bosque aledaño. Es un espacio para relajarse o para servir de base cuando se visita otras zonas de Cantabria. Está regentado por Camilo y Felipe, dos hermanos que siempre nos han tratado de forma excelente.


Como otros años, montamos nuestro equipo en el templete de la plaza del camping. Probamos el sonido y nos relajamos un rato en la cafetería-restaurante. Hay mucha gente que repite cada año en El Helguero, de forma que nos conoce y viene a saludarnos y a interesarse por nosotr*s. Es casi una tradición.


Pasadas las 22 h. comenzamos el concierto con la plaza llena de gente. Hicimos un repaso por nuestro tercer disco, tocamos algunos de los temas aún no grabados y nos arrancamos con varias danzas que la gente disfrutó. Es impresionante ver un gran corro de gente en todo el perímetro de la plaza, actuando en grupo, al unísono. Es prestoso ver bailar a la gente bajo la luna llena.


Fuimos rematando el concierto con más temas marchosos y, para acabar, dos danzas enlazadas que nos lanzamos a bailar en el suelo. Nos rodearon y nos pidieron un par de bises: "Ramón del alma mía" y "Jota a lo pesáu de 4 partes". Esperamos volver el año próximo.

martes, 9 de agosto de 2011

Fiestas de Terán de Cabuérniga

La inmensa mies en la bárcena del río Saja, a su paso por el Valle de Cabuérniga, esconde rincones de gran belleza rural. De entre los pueblos cabuérnigos, Terán, quizás por estar al lado de la capital del municipio o por disponer de más espacio para crecer, concentra casonas de piedras orgullosas, de verdines en las corraláas y astragales, de solanas y correores llenos de geranios. Allí, donde el tiempo parece ir algo más lento, las gentes han decidido organizar y celebrar sus fiestas en una medida claramente humana, sin exageraciones, sin desmesuras, sin excesos.



La tarde del sábado 6 se vio sorprendida por una persistente morrina que a última hora de la tarde era lluvia consolidada. Nos vimos obligados a montar el equipo en el gimnasio del colegio público de concentración que durante el curso escolar acoge a los niños y niñas cabuérnigos (los tojorinos y los cabuérnigos). Mientras tanto, esos críos y crías, además de otros visitantes, adultos o pequeños, estaban en la castañea de Terán tirándose sobre un gran plástico negro con jabón, en ropa interior y bajo el incansable urbayu que empapa hasta los huesos. Juegos de soga-tira, gymkana, etc. Todo ello tras una comida de hermandad.

Montamos nuestro equipo de sonido e hicimos la prueba de nuestros instrumentos. Al rato, como estaba previsto, llegó Mario San Miguel y también probó con nuestra megafonía. Mario es un viejo amigo y un gran tipo que se ha propuesto llevar la alegría y la felicidad allá a donde va. Eso es lo que hizo en su actuación, antes que nosotros. Llenó el gimnasio de energía, buen rollo y de risas. Cantó, contó cuentos y se entregó en cuerpo y alma. No puede negarse que lo da todo.


Al acabar Mario, inmediatamente, iniciamos nuestra actuación con bailes que disfrutaron jóvenes y mayores. Es agradable ver que algo tan sencillo como bailar nos hace tan felices. Parafraseando a Mario: "Es sencillo ser feliz, lo difícil es ser sencillo/a".


La fiesta acabó con un chocolate con leche para todos. Genial.



domingo, 7 de agosto de 2011

Grijota, en las Noches de Cultura



Está claro que Castilla es una tierra que nos acoge y, una vez más, en Palencia estuvimos como en casa. En el caso de Nanda, la anterior expresión es literal. Un abrazo para nuestro colega y amigo Silva, toda una institución en la música tradicional y folk palentina.



Llegamos a Grijota, pueblo de Tierra de Campos muy cercano a la capital, hacia las 20:30, con el escenario ya montado por Marcos Gómez, todo estaba a punto. Grijota es un pueblo grande, en comparación con los de alrededor, con mucho vecino que trabaja en la ciudad, por lo tanto es un lugar tranquilo y residencial. El escenario estaba montado en un espacio estratégico del pueblo, una zona de cruce de caminos con varios bares y cafeterías y alguna tienda. Es un emplazamiento pensado para escuchar la música desde las terrazas de las cafeterías y desde los asientos municipales preparados para tal caso.

La tarde era agradable y no corría el temido norte que en esta zona puede enfriar notablemente las tardes de agosto. Probamos sonido, nos tomamos un refrigerio y, en la misma plaza, nos sentamos a "echar una parláa". Pasadas las 22:30 nos presentó el concejal de cultura y dimos inicio a nuestro concierto, aproximadamente 1 hora y 20 minutos. La noche era templada y eso nos permitió estar muy cómodos en el escenario. Paradojicamente, entramos al concierto algo "frios", nos costó un poco conectar con el público, numeroso, pero sentado y aparentemente poco expresivo. No fue hasta el quinto tema que el calor llegara a público y grupo, a partir de ese momento se estableció una cercanía y una respuesta retroalimentadora.


Sin duda, el momento más emocionante del concierto fue la presentación de una jota tocada al estilo antiguo de la gaita, que incorporaremos a nuestro próximo trabajo, y la aparición de dos espontáneos bailando todo el tema con todas las partes del baile. Estos improvisados bailarines eran Rosa y Miguel, la pareja más anciana del lugar -alguien nos sopló que habían recibido un homenajo este mismo verano-. Durante el tiempo que duró el tema, tocamos sólo pensando en ellos, para ellos, con ellos. El público se dió cuenta y se giró para seguir el desarrollo del baile: Emocionante, indescriptible.

Organizamos un pequeño baile y para acabar, saltamos a bailar nosotros a pie del escenario. Gustó mucho y nos sentimos muy bien tras el concierto. Buen sabor de recuerdo.

miércoles, 3 de agosto de 2011

¡Domingueros!



Nuevamente dos "im-presentables" de Garma, en este caso en una calle de la localidad francesa de La Châtre (Indre, Berry). La foto es de Elena D., que trató de imitarles y se hizo un esguince en el pie...



"No puedo con ellos", Bruno dixit.