domingo, 8 de julio de 2012

En la fiesta de LA BUENA LECHE

Desde hace años, algun*s de los integrantes de Garma estamos vinculados a la asociación cántabra LA BUENA LECHE, colectivo que promueve la lactancia materna, ayuda a su expansión, organiza reuniones de apoyo e información a familias y ayuda en ese trabajo fundamental para el desarrollo psíquico, físico y emocional de l*s lactantes. Por esta razón fuimos invitados a participar con nuestra música en la fiesta celebrada el pasado sábado 7 de julio de 2012 en el Centro Cultural ubicado en el barrio La Jaya de Maoño, Bezana.
En un principio, y hasta unos 15 días antes de la celebración, estaba previsto que la amenización de la última parte del festejo se dividiera entre dos grupos: Garma y Los Castos. Este último grupo, dedicado a la música de baile centroamericana, con incursiones en bailes centroeuropeos, también tienen un vínculo estrecho con La Buena Leche. Pero las cosas de la vida, en este caso las cosas duras que trae la vida, hicieron imposible la asistencia de Los Castos: un trágico accidente truncó la vida de una pequeña, hija de una integrante del grupo. Desde estas líneas, con honda emoción, nuestro abrazo a l*s compañer*s y familiares de Los Castos.
El centro social tiene una campa de verde en donde se estableció el improvisado y campestre comedor comunal, para soci*s y simpatizantes de la asociación. Asistieron también integrantes de Ojana, otra asociación cántabra que promueve la lactancia y la crianza natural, de Acocón, asociación consumidores con conciencia y de Cuines, asociación cántabra de consumidores ecológicos. Como en tantas cosas, hay una red de personas que participan en muchos y variados, pero relacionados, proyectos sociales.
Finalizando la comida, empezamos a ver en el cielo un inquietante movimiento de nubes que presagiaban una posible galerna, amenaza que podría chafar la fiesta si ésta se realizaba, como estaba previsto, al aire libre, en la campa. Decidimos montar el equipo en el salón social del centro, que dispone de escenario, luces y un espacio no suficiente para albergar a tod*s l*s asistentes, pero sí para poder celebrar bailes amenizados por nuestra música. Mientras probábamos el sonido, l*s participantes probaban una buena tarta de chocolate y sidra, en el exterior, para facilitar el silencio que requiere esa "delicada" operación.
Sobre las 17:30 comenzamos tocando un tema inédito, una pieza de baile compuesta por Ramón y que hemos adaptado a un ritmo brasileño -forró-, que puede bailarse como un scottish francés. Posteriormente, fuimos desgranando, uno a uno, los temas de baile que solemos ofrecer para una animación de danzas del mundo. Lo más extraordinario, y eso lo notamos desde el primer tema, fue la alegría reinante. Las caras, sonrientes y felices que veíamos, fueron nuestro mejor pago y nos demuestra que nos hace felices tocar para alegrar a l*s demás. Mayores y pequeñ*s, en una mezcla, a la cual, lamentablemente, estamos poco acostumbrad*s. Es un privilegio.
Tras nuestra actuación, recogimos y escuchamos varios relatos cortos dedicados a la lactancia, alguno de ellos de una imaginación y calidad remarcable.
Gracias a tod*s.

martes, 3 de julio de 2012

Fin de curso en Santa Juliana

Para alguno de nosotr*s el colegio Santa Juliana de Santillana del Mar es un viejo conocido, de nuestro pasado en Atlántica. Nos llamaron para amenizar la fiesta de fin de curso y gustosamente aceptamos. Fue el pasado 22 de junio, en una mañana soleada y despejada.
El colegio Santa Juliana está ubicado en una de las calles paralelas al centro de la villa, confluyente a la calle que desemboca en la Colegiata, a unos 200 mts de distancia. Por la mañana es agradable entrar en el empedrado del pueblo, no hay apenas visitantes. Acercamos nuestros vehículos al centro educativo y llevamos los bártulos al escenario previsto para nuestro concierto. En los alrededores del colegio había juegos colectivos organizados por el alumnado y mesas con comidas, saladas y dulces, preparadas por madres y padres. Curiosamente, había una numerosa representación de progenitores, algo no muy habitual por razones laborales.
Montamos el equipo y probamos sonido, con fluidez, debido a la experiencia que nos da hacer esto a menudo. Esperamos un rato, hasta que terminaron los juegos y se recogieron los materiales, y puntualmente, a las 11 h. comenzamos nuestro recital.
La zona prevista para desarrollar los bailes está bajo cubierta, con una estructura de madera realmente curiosa. Está abierta en los laterales, evitando cualquier distorsión del sonido, pero protege de forma efectiva del sol y de cualquier inclemencia climatológica, que en nuestra Cantabria abundan. El espacio era rectangular, por lo que imaginamos que iba a resultar más difícil organizar las danzas, pero nos equivocamos. Fueron realmente efectivos, alumnado, profesorado y padres y madres, en organizarse para participar. Una estupenda muestra de organización y sentido práctico.
A las 12:20 terminamos el último baile y nos despedimos de tod*s deseándoles un buen verano, especialmente a aquell*s, que habiendo cursado 6º curso, dejan el colegio para adentrarse en la vida de instituto en Helguera de Reocín. Buena suerte.