Pocas veces se da una noche de noviembre como la de ayer: despejada, con una luna preciosa y con una temperatura agradable, entendiendo agradable como algo lejos del frío previsible en estas fechas. Es necesaria esta introducción para señalar que el concierto de anoche, en el auditorio Los Picayos de la plaza SantAna de Tanos, fue "al ventistati", a la intemperie, es decir, al raso, al sereno, bajo las estrellas... afortunadamente cayó una leve "rosáa" y no pasamos frío. Había un templete aledaño cubierto, pero estaba reservado para usar en caso... ¡de inclemencias metereológicas! Todo estaba previsto...
Comenzamos el concierto a las 20:30 horas, hubo que esperar a las autoridades municipales, que con su presencia dan por iniciada la magosta, cosas del protocolo. Había mucha gente en la plaza, que es grande y de fácil acceso, gente de Tanos, de Torlavega, de Viérnoles. Mucha gente haciendo cola para recoger las castañas asadas, o en la cachapera de la fiesta tomando algo, gente en los bancos de los laterales y gente en la terraza de la cafetería grande, frente a la plaza. Al principio el público estaba frío, estaban en la cola esperando las castañas, o, concentrados comiéndo este fruto del tardíu; pero poco a poco, fueron entrando en el concierto y pronto hicimos un par de bailes con ellos. Funcionó bien.
Tocamos al pie de una hora y media y, como es habitual, dejamos para el final los temas más marchosos del recital. Justo cuando estábamos acabando nuestro bis, apenas faltaba medio minuto, se fue la corriente y acabamos el tema y el concierto en el borde del escenario, tocando a pelo: show must go on. Nos divertimos en el escenario y nos sentimos cómodos. Una vez acabado el concierto, recogimos nuestros "trastos" y ayudamos a Marcos, nuestro técnico, con su equipo mientras engullíamos una buena cantidad de castañas calientes que nos apurrieron las gentes de la comisión de fiestas desde la cachapera. Nos fuimos con buen sabor de boca.
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