La mañana amaneció húmeda y nos hizo presagiar que podíamos tener problemas para hacer nuestro concierto en la pista descubierta del colegio. Efectivamente, cuando llegamos a las 10 de la mañana, ésta estaba llena de pozas y, lo peor, el cielo estaba bastante gris. No podíamos arriesgarnos, así que montamos nuestro equipo en la pista polideportiva cubierta del centro. El sonido es claramente peor, pero se asegura la actuación y se garantiza el poder llevarla a cabo sin interrupciones por la climatología.
Dimos comienzo a las 10;45 con todo el conjunto de infantil y de primero de primaria. Como siempre, realizamos bailes adaptados a su edad. Acabamos a las 11:30 con los pequeños y se celebró una entrega de premios del concurso de pintura celebrado entre el alumnado del centro. Se concentraban tanto pequeños como mayores. Finalizada la entrega, mantuvimos un sorprendente minuto de silencio en memoria de las víctimas de los atentados del aeropuerto de Bélgica.
Tras abandonar los pequeños el recinto, iniciamos a las 12 una tanda de bailes con los mayores (de segundo a sexto). Decidimos hacer sobretodo bailes en pareja para facilitar la comprensión de las instrucciones y, en definitiva, para dinamizar el concierto. El sonido en los pabellones es un limitante que puede complicar mucho las explicaciones e instrucciones de las danzas. A las 12:45 finalizamos el concierto y, mientras el alumnado se dirigía a recoger sus notas e iniciar sus vacaciones primaverales, nosotros recogimos equipo, satisfechos por haber hecho un buen trabajo con tantos/as niños/as en un espacio de sonoridad tan difícil.
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