Otra vez en Viérnoles

Siempre es un placer la vuelta al CEIP de Viérnoles, anoche no fue una excepción. La noche era agradable, con un cálido y ligero viento sur que potenciaba el aroma de los chopos que bordean el arroyo -¿Sorrabides, tal vez?- que divide la finca donde se asienta el centro del CEIP.

Como es habitual, montamos el equipo, hicimos prueba de sonido y departimos un rato en el escenario. Ayer estrenábamos nuevo micrófono para el cajón andino y una gaita nueva para un tema de baile antiguo. Cosas que impidan que nuestro trabajo sea rutinario.

Los chicos que asistieron a nuestro concierto provenían de Mallorca y de Córdoba. Entraron con una energía inusitada a esas horas, eran las 23:00 h. y no pararon hasta que acabamos una hora más tarde. Energía pura, desbordante y apabullante. No se puede describir de otro modo. El momento más tranquilo, el que aparece en la foto, es durante la realización de la Danse des Bergers bearnés. Cuando acabamos, nos pidieron un bis, que ofrecimos, y tras ese tema de más, sin pensárselo mucho, un par de chicos se lanzaron a tocar -con cajón y guitarra- varios temas de flamenco. Una chica cantó un par de temas muy guapos y nosotros nos despedimos hasta dentro de dos semanas.